¿Sabías que hubo un cubano en el Titanic? Descubre su increíble historia

Calle y Malecón 🤔

La tragedia del Titanic, el «insumergible» que se hundió en las heladas aguas del Atlántico en 1912, siempre ha estado rodeada de historias fascinantes. Pero, ¿te habías preguntado alguna vez si hubo algún cubano a bordo? Bueno, agárrate, porque aquí te contamos cómo un hombre que hizo su vida en La Habana y otro con sueños de probar suerte en Cuba, se cruzaron en la fatídica historia del Titanic.

Servando Ovies: El empresario que nunca regresó a La Habana

Servando José Florentino Ovies y Rodríguez, nacido en Asturias, España, había hecho de La Habana su hogar. Era un hombre de negocios con una vida cómoda, gracias a su trabajo en el negocio familiar, Rodríguez & Co., una firma de textiles e importaciones con sede en la capital cubana. Pero en abril de 1912, su destino dio un giro fatal.

Tras unas vacaciones en Francia, Servando abordó el Titanic desde el puerto de Cherburgo con boleto de primera clase. En el camarote D43, reservado para los pasajeros más adinerados, compartió espacio con figuras destacadas de la época. Pero ni su fortuna ni su posición social pudieron salvarlo de las heladas aguas del Atlántico. 😔

Los registros del rescate indican que su cuerpo fue recuperado por el barco Mackay-Bennet el 15 de abril de 1912. Aunque fue enterrado inicialmente en Canadá, años después su cuerpo descansaría en el cementerio Monte de los Olivos.

Dato curioso: Muchas personas creen que Servando era cubano por su estrecha conexión con La Habana, pero en realidad, él nació en España.

Julián Padró: El verdadero cubano en el Titanic

Ahora viene lo sabrosón: ¡sí hubo un cubano en el Titanic! Bueno, técnicamente, Julián Padró Manent nació en Cataluña, pero llegó a Cuba para construir su vida y, eventualmente, obtuvo la ciudadanía cubana.

Julián abordó el Titanic en segunda clase, también desde Cherburgo, con un boleto que costó menos que el de primera, pero suficiente para que le tocara vivir el caos del naufragio. Y aquí es donde la historia toma un giro esperanzador: ¡Julián sobrevivió! 🚤 Fue rescatado por el barco Carpathia y, tras su llegada a Nueva York, una naviera lo ayudó a regresar a La Habana.

Ya en tierras cubanas, Julián se casó con su prometida, Florentina Durán, también sobreviviente del Titanic. Con el tiempo, se convirtió en un empresario exitoso del transporte terrestre en la isla, viviendo en una elegante mansión en el Reparto Palatino. Su historia terminó en La Habana, donde falleció en 1968.

Dato sabroso: Julián y su esposa están enterrados juntos en un mausoleo en el Cementerio de Colón.

El legado del Titanic en Cuba

Aunque Servando no nació en Cuba, su conexión con La Habana lo convierte en parte de la historia que nos une al Titanic. Por otro lado, Julián Padró representa a los cubanos que, con esfuerzo y valentía, construyen su destino, incluso después de enfrentar una tragedia monumental.

Así que la próxima vez que escuches sobre el Titanic, recuerda que hay un pedacito de Cuba en esa historia. 🌴 ¡Porque los cubanos siempre dejamos huella, dondequiera que vayamos!

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